Marta fue maestra en Abejorral y Medellín durante 35 años, perdió la cuenta del número de estudiantes que educó, hoy está jubilada pero confiesa que todos los días sigue enseñando y que extraña el método de tiza y tablero para compartir con sus alumnos.
Añade que los profesores de años pasados eran, después del alcalde y el sacerdote del pueblo, los personajes más famosos. Dice que la elegancia para vestir los distinguía y posicionaba ante sus alumnos y la sociedad; y que aunque la tecnología ahora es indispensable en los procesos de aprendizaje, con tizas blancas y de colores, enseñaron a leer, sumar y defenderse en la vida a decenas de generaciones.
Esta mujer de más de 60 años, casada, madre de 2 hijos y abuela, asegura que seguirá enseñando hasta el último día de su vida y destaca el gran honor de ser normalista, licenciada y con especialidad en su hoja de vida.