En vilo permanecen los administradores de 200 locales comerciales en la Plaza Minorista de Medellín por el cierre de sus espacios. La falta de recursos les imposibilita realizar las adecuaciones de infraestructura que respondan a los lineamientos de los planes básicos de saneamiento.
Esta situación tiene afectados a más de 300 empleados que ven cómo sus lugares de trabajo tienen que ser destinados, por ahora, a bodegas.
Frente a las dificultades económicas por las que pasan los comerciantes, la única solución que tienen es acudir a créditos, al tiempo que esperan por mejores temporadas de ventas.
Cada día los 200 locales comerciales cerrados podrían dejar de percibir unos 300 millones de pesos.