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Adolfo León vive “pegado” al computador, fue el mejor estudiante en el país en las pruebas Ecaes en tecnología de sistemas en 2010

Bellas Historias de Medellín Imparable
>> Junio 30 de 2011 - Ed. 14, Medellín - Colombia FacebookTwitterVimeo
Adolfo León  vive “pegado” al computador, fue el mejor estudiante en el país en las pruebas Ecaes en tecnología de sistemas en 2010
Adolfo León vio que el camino que lo conduciría a ser un profesional en sistemas no estaba por dos de las universidades públicas más importantes de Medellín. Las obligaciones laborales que había adquirido para independizarse económicamente de su familia le impedían estudiar durante el día. 

La primera ventana que se abrió fue en la Universidad Nacional en 1998, el mismo año en  el que la madre de Adolfo se jubiló, año que marcó la vida de Adolfo León Restrepo Ibarra porque con la liquidación le compró el primer computador que tuvo.

Era una fascinación por los computadores que su mamá acababa de ponerle en las manos.

“No me fue bien en la Nacional, terminé perdiendo cálculo en dos oportunidades”, reconoce con sinceridad. En la Universidad de Antioquia hizo cuatro semestres, también de Ingeniería de Sistemas. Allí le pudo otra materia. Y así fue como a Adolfo se le cerraron dos ventanas de una sola vez.

Adolfo descarga su arrepentimiento por lo que pasó años atrás: “De nada de eso me siento orgulloso. No fui el mejor estudiante en el bachillerato, pero tampoco el más malo en la universidad”, aclara. Las oportunidades se le escaparon, sólo las vio pasar.

Con sus anteojos claros, la mejor oportunidad que vio fue en el Instituto Tecnológico Metropolitano. Una puerta definitiva se abrió en su vida, para quien terminó siendo el mejor estudiante de todo el país en la prueba Ecaes de 2010 en el área de tecnología de sistemas.

Ya estaba haciendo sus primeros pinitos en el mundo de los sistemas cuando se le abrió una nueva ventana de oportunidades. Fue como hacer un sencillo click en su vida para que así sucediera. Fue entonces que por tener que trabajar en el día, se matriculó para estudiar de noche en el Instituto Tecnológico Metropolitano.

Adolfo León hace una observación en este punto: “en el trabajo me dejaban salir antes de la hora establecida para poder ir a clase”, agrega. Ya trabajaba en una compañía consultora de sistemas de seguridad informática.

Se ve la transformación

El Examen de Estado de Calidad de la Educación Superior, SABER PRO, antes conocido como Ecaes, que presentó Adolfo es un instrumento para la evaluación externa de la calidad de la educación superior. Forma parte de un conjunto de instrumentos que el Gobierno Nacional dispone para evaluar la calidad del servicio público educativo.

Con él se evalúan los estudiantes que están próximos a culminar los programas de pregrado, es decir quienes hayan aprobado por lo menos el 75% de los créditos académicos del programa que están cursando o que tengan previsto graduarse en el año siguiente a la próxima fecha de aplicación del SABER PRO.

Todo ello se integra a Medellín, la más educada,  la principal herramienta de transformación social aplicada actualmente en toda la ciudad por la Alcaldía de Medellín.  Articula esfuerzos e inversiones oficiales y del sector privado en programas, proyectos y acciones de educación formal. Tiene como propósito principal alcanzar la equidad social garantizando el acceso, la inclusión y la permanencia en el sistema educativo de niños, niñas y jóvenes.

Se integran proyectos que van desde la educación inicial hasta la educación superior.

De esta manera, la Alcaldía de Medellín brinda oportunidades a jóvenes en educación media con interés en ampliar sus conocimientos y que se encuentran en una situación prelaboral, para que sean competentes y capaces de integrarse productivamente y continuar con más facilidades su crédito educativo, la formación técnica, tecnológica y universitaria, facilitando así el camino hacia la educación superior.

Se trabaja por la ampliación de la cobertura en educación superior y para la adquisición de conocimientos de alto nivel para el desempeño social productivo, ofreciendo orientación profesional, cursos de nivelación a bachilleres, alternativas de financiación y subsidios de mantenimiento.

Las letras chicas

A Adolfo León le suena el ringtone del celular. Es una melodía de música clásica que llena de armonía un salón de reuniones que están reorganizado en una empresa de arrendamientos de equipos de construcción. Allí  labora actualmente.

Toma el celular y se lo acerca muy de frente a los ojos. Es que Adolfo tiene que acercarse los objetos, muy pegados a los ojos. Dice que desde siempre ha tenido dificultades en la visión, recuerda que cuando estaba pequeño lo regañaban en la casa, que parece que es un problema en el nervio óptico. Literalmente, y por ese motivo, Adolfo vive “pegado” al computador.

“Desde que tenía 10 años de edad, veía con dificultad las cosas chicas e incluso no copiaba en clase”, recuerda Adolfo su defecto en la visión que hace que tenga que leer la pantalla del computador, con cierta frecuencia, a muy pocos centímetros de distancia.

Y vuelve y se acuerda que la mamá lo regañaba “porque usted se pega mucho a las cosas”.
“Mi familia, en todo caso no es de vista corta”, anota Adolfo explicando que sus seres queridos no sufren de la vista, pero al mismo tiempo es como si quisiera decir que las oportunidades, incluso familiares,  vendrían con el tiempo para convertirse en un experto en sistemas.

La madre y el padre de Adolfo son del campo. Ella, de la vereda La Honda, en la población de Liborina.  El padre es de Abejorral. Llegaron a Medellín hace unos 35 años.  A los cinco de estar en la ciudad fue que nació Adolfo.

“Game over”

Recuerda sus años de infancia en los que el verdadero origen de su fascinación por la informática se produjo con los videojuegos: “me preguntaba, en ese entonces, cómo combatir a esos bichos que aparecían en pantalla”.

Pues, no sabía Adolfo León que el bicho estaba naciendo en él: la tecnología de sistemas.
La “enfermedad” fue progresando cuando tenía más edad y ya era capaz de manejar el clásico sistema conocido como BASIC.

Cuando la mamá le regaló el primer computador con la liquidación, Adolfo vio otra historia que se desplegaba ante sus ojos.

“Hacía los trabajos por computador de todos en el barrio, hasta le hacía las tareas de validación del bachillerato a una señora que vivía por la casa”, dice riéndose.

Hasta el inglés lo aprendió en el computador. Desde decir “one player” hasta el significado de “game over”, que es el mensaje que aparece cuando finaliza una sesión de juego de computador.

Gracias a la oportunidad de estudiar tecnología de sistemas en el Instituto Tecnológico Metropolitano, durante la noche, Adolfo volvió y arrancó de cero.

“De noche hay que sudar el estudio. Definitivamente estudiar de noche es  muy distinto”, dice, evidenciando que en el ITM la vida le estaba poniendo una prueba.

“El ITM es muy bueno como institución y cada vez lo veo mejor”, cuenta, e inclina su espalda en un ángulo de 20 ó 30 grados hacia adelante para acercarse a la pantalla de un computador. La empresa en donde trabaja alquila equipos de construcción, en donde él mismo construye su vida con base en oportunidades como las que ofrece la Alcaldía de Medellín en educación superior.

Y aunque con frecuencia debe acercase mucho a la pantalla del computador cuando está trabajando, hacer un esfuerzo con la vista para ver las letras chicas debido a su dificultad con la vista, asegura paradójicamente: “yo no es que llegue a la casa a prender un computador. Me tomo mis descansos”.

Verse el mejor

El año pasado se convirtió en el alumno con  mejor puntaje de las pruebas que ya son obligatorias para obtener el grado de educación superior, las llamadas Ecaes. Fueron 159.03 puntos, lo que le mereció que una gran ventana, para emplear el lenguaje de los computadores, se abriera en su vida. Esta vez, el futuro no estaba lejano ni parecía virtual como en el pasado de Adolfo.

“Muchas veces me pregunto el por qué mi éxito en las pruebas Ecaes del año pasado: tal vez sea ese círculo virtuoso que he creado al trabajar y poder continuar estudiando”, son las oportunidades que ofrece una ciudad como Medellín, y que terminan en historias como la de Adolfo.

Dice que desde que se oficializó que fue el mejor puntaje de las Ecaes en tecnología de sistemas en Colombia, “me llamaron hasta de empresas en donde trabajé en el pasado interesadas en contratarme”, asegura.

Las dos ventanas que se cerraron en el pasado para Adolfo se abren ahora en una sola y es que el ITM le sugirió la posibilidad de incorporarlo a la planta de personal, y tiene ahora la oportunidad de que esa institución le valga todas las materias de la tecnología, lo que equivaldría a los primeros 6 semestres de la ingeniería de sistemas.

Becado en el ITM, Adolfo León tiene además la opción de cursar una maestría en su área.
No es difícil para Adolfo soñar con grandes personas del mundo de la informática como los creadores de Apple o de Linux, con Bill Gates, por su genialidad para revolucionar el mundo de la información y de los computadores.

“Mi futuro depende de las oportunidades que tenga”, señala con  seguridad Adolfo, mirando por encima de sus anteojos. Esas oportunidades seguirán abriéndose como ventanas  para Adolfo y para miles de jóvenes de la ciudad con el esfuerzo de la Alcaldía de Medellín.

Adolfo piensa un poco, dice algo como para sí mismo.  Mira por encima de los anteojos sin hacer ninguna mueca rara o fruncir el ceño. Se inclina de nuevo un poco hacia adelante y no para de leer en el computador. No sólo es que Adolfo León vea con dificultad las letras pequeñas en la pantalla del computador, es que está tomando impulso para seguir adelante.

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