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Educar y capacitar será uno de los retos más importantes que tendrá el país si quiere que los excombatientes de las Farc no retornen al conflicto.
La aprobación de lo negociado en Cuba pone en un nuevo escenario la economía de Colombia porque supone una reducción de obstáculos que hoy frenan el desarrollo económico y social del país.
Un estudio del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos indica que el fin de la guerra con la guerrilla de las Farc podría convertir en productivas 800.000 hectáreas del país, una oportunidad para que el desarrollo y las empresas llegue a las zonas donde el conflicto no lo ha permitido.
La desmovilización de más de 10 mil combatientes de las Farc implica el reto de formar y convertir en capital humano a quienes durante años estuvieron empuñando armas; pero a su vez el desafío de lograr que las empresas y la sociedad borren el estigma de los desmovilizados.
Las exportaciones que vienen de capa caída también podrían tener un alivio pues se llegaría a la cifra de 65 mil millones de dólares anuales en los siguientes años. En 2015 las ventas al exterior no llegaron a los 36 millones de dólares.
Otro de los dividendos que le dejaría la paz a la economía es que aumentará la posibilidad de pagar la deuda externa y atraer nuevos inversionistas.
