Una vez más se cumplió “la justicia tarda, pero llega”. El Consejo de Estado ratificó la condena contra la Cooperativa Nacional de Técnicos Ferroviarios por el accidente que se presentó en 2009 con un menor que perdió tres extremidades cuando salió a disfrutar del alumbrado navideño.
Esta es la historia de Kevin Daniel Saldarriaga Vélez, tiene 24 años, vive en el barrio Los Ángeles del municipio de Bello. En este lugar convive con su madre Alba Nora Vélez, su abuela Amparo del Socorro Ortiz, sus tías y sus sobrinos.
Su condición no es propia de la naturaleza, el 5 de enero del año 2009 la vida de Kevin y de su familia cambió. En un trágico accidente en un juego infantil llamado El Tren Navideño, Kevin Daniel perdió una extremidad superior y sus dos extremidades inferiores, tras caerse de uno de los vagones y ser arrollado.
“Desde que tengo 9 años he salido adelante y no he mirado para atrás y con el apoyo de mi mamá y de mi abuelita, no me dejan echar para atrás nunca”, contó Kevin Daniel Saldarriaga a Noticias Telemedellín.
Kevin al abrir sus ojos y al darse cuenta de la dura realidad sabía que tendría un giro de 180 grados. Solo el alivio llegó con el amor y los cuidados de su familia, que se convirtió en una luz en medio de un panorama incierto y gris.
“Y que Dios nos dé fuerza para seguir luchando, él es mi vida y es mi todo porque Kevin para mí es todo, yo lo amo, la justicia tardó, pero llegó”, expresó Amparo del Socorro Ortiz, abuela de Kevin.
Una de las tías de Kevin empezó a velar por su bienestar y cuidados, tratando de costear económicamente la familia. Sin embargo, se dieron cuenta de que este trágico desenlace podría estar sujeto a una demanda ya que el tren navideño estaba a cargo de la Cooperativa Nacional de Técnicos Ferroviarios y ellos tenían la responsabilidad de proteger la vida de los menores que tenían a su cargo. El encargado de llevar su caso fue el abogado Javier Villegas.
“El niño iba en el tren, que paró en una estación donde él se bajó, y no se percataron de que se había bajado y él intentó subirse con la mala fortuna de que se cayó fue atropellado por el tren y perdió sus dos piernas. El niño fue recogido por una vecina que se percató del accidente y llevado a la clínica”, relató Javier Villegas Posada, abogado.
Después de un largo proceso jurídico de 14 años y luego de una primera instancia pérdida. La justicia llegó a esta valiente familia.
“La primera instancia la habíamos perdido y esta segunda instancia, la ganamos, mi Dios gracias porque ante todo él. A mi señora madre que la amo mucho, que ella no me ha dejado caer y a mi señora abuela, ellas son el motor de mi vida, porque la vida es muy bonita”, aseguró Kevin.
En medio de un panorama complejo, la historia de Kevin Andrés representa el valor de la resiliencia, él esboza una sonrisa en su rostro, pues sabe que, así no pueda ponerse los guayos para jugar fútbol que tanto le gustaban de niño, la vida le ha traído nuevas oportunidades, nuevas sonrisas, y sí, ahí continúa el abrazo de una familia que nunca se ha ido y nunca lo hará.
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