Durante la posesión, la Casa de Nariño se convirtió en el hogar de los silleteros de Santa Elena, quienes a través de un tapete de flores y 34 silletas recordaron el talento y la riqueza que hay en Medellín.
Las flores de Santa Elena se tomaron la Casa de Nariño, con 34 silletas, cada una de ellas llenas de colores y figuras características de todos los departamentos del país, y dos marcadas con el nombre de Colombia y Bogotá, obras de arte que buscan recordar la importancia de cuidar el medio ambiente y los recursos naturales.
El suelo de la casa de Nariño se convirtió en un campo de flores por el que desfilaron diferentes gobernantes y funcionarios para darle la bienvenida a un nuevo gobierno. Este tapete fue el reflejo de la linda y disciplinada labor que realizan los silleteros de Santa Elena, quienes hoy a través de la magia de sus manos lograron tocar las fibras más profundas de un país.
Los silleteros del corregimiento llegaron para quedarse en la capital colombiana, pues a través de las flores que adornarán las columnas del Congreso de la República le recordarán a todo un país lo invaluable que es su labor.
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