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Una serie de atentados terroristas fueron perpetrados este Domingo de Pascua en hoteles, iglesias y un complejo residencial en la capital de Sri Lanka. En total fueron ocho bombas que dejaron un saldo de 290 muertos y más de 500 heridos.
Algunos de los atentados fueron suicidas y ocurrieron simultáneamente temprano en la mañana del domingo en tres hoteles de lujo en la capital Colombo, en una iglesia de la ciudad, otra en Negombo y una última en la ciudad oriental de Batticaloa.
Entre las víctimas se encuentran al menos 32 ciudadanos extranjeros de países como Bélgica, Estados Unidos, China y el Reino Unido, entre otros.
Además, el domingo miembros del Ejército de Sri Lanka detonaron de manera controlada un explosivo ubicado en las proximidades del aeropuerto internacional ubicado en la capital.
Las autoridades de la isla que se encuentra al sur de la India señalaron que al momento 24 personas se encuentran bajo custodia pero aún no se conocen los responsables de los ataques, al tiempo que ningún grupo se ha atribuido los actos.
El papa Francisco condenó los sangrientos atentados y pidió por las víctimas mortales de lo que calificó como un acto “injustificable” . “Quiero expresar nuevamente mi cercanía fraternal con el pueblo de Sri Lanka. Estoy muy cercano al cardenal Malcolm Ranjith Patabendige y a toda la iglesia de Colombo. Rezo por sus numerosísimas víctimas”, señaló Francisco tras concluir el rezo del Regina Coeli en la plaza de San Pedro.
