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Conocimos en el barrio El Trapiche de Bello, una familia desplazada por la violencia que por estos días pasan angustias por falta de alimentos y un lugar digno para vivir. Los 3 niños de 8, 6 y 3 años dibujan y pintan con el ánimo de vender los retratos y poder comprar un computador para poder continuar con sus estudios.
Paula y sus 3 hijos llegaron desplazados por la violencia inicialmente a Medellín pero encontraron en un rinconcito del barrio El Trapiche de Bello, un lugar para vivir en alquiler. Esta joven madre trabajaba antes de la pandemia vendiendo tintos y fritos, pero hace 2 meses, los ingresos empezaron a escasear y los niños no pudieron volver a estudiar.
Ante la falta de un computador para poder recibir las tareas y compromisos, David Mateo de 8 años invitó a sus hermanitos de 6 y 3, a pintar y dibujar en un comedor prestado y con los dibujos terminados, venderlos para conseguir recursos y comprar un equipo digital, que les permita continuar con sus estudios.
En este hogar, las necesidades abundan. Paula asegura que en esta cama duermen los 4, hay días que solo se alimentan una vez y con la solidaridad de las personas, espera que les compren los dibujos para poder acceder a la tecnología y aliviar en parte las dificultades familiares.
Aunque las adversidades aumentan por estos días para Paula y sus 3 artistas, los pinceles, vinilos y las ganas de salir adelante no cesan para estos pintores infantiles que exhiben con orgullo, los cuadros finales.
Si usted desea colaborar puede contactarse a la línea 3166484279
