París, 22 ago (EFE).- El escritor y periodista Manuel Rivas, invitado en el festival francés de cine de Douarnenez, explica que las palabras son las primeras en detectar las crisis y que es necesario descontaminar el lenguaje para construir otra realidad.
"Hay momentos en que se utiliza el lenguaje como una especie de opiáceo para anestesiar, adormecer, ocultar y para disfrazar la realidad", comentó Rivas en conversación telefónica, desde la bretaña francesa.
Entre esas palabras cuyo significado ha mutado últimamente subraya "reforma", que "siempre ha estado asociada a un proceso de evolución, de introducir reformas, lograr avances y ensanchar el espacio de la humanidad" y que hoy "es la más utilizada por esas bocas eufemísticas del FMI", lamentó el creador coruñés (1957).
Hay otros términos, como "rescate", que son "un paso más en el patíbulo", señaló el autor de obras como "El lápiz del carpintero" o "¿Qué me quieres, amor?" en una conversación salpicada de escritores y referencias literarias. "Me recuerda mucho a las sangrías con sanguijuelas" del siglo XIX, en las que si el enfermo no mejoraba se suponía que "no se le había sacado suficiente sangre", comentó Rivas, que debatirá sobre lenguaje, identidad y creación literaria en el festival de Douarnenez que, hasta el próximo 25 de agosto, dedica su 35ª edición a las comunidades de Andalucía, Cataluña, Galicia y País Vasco.
Rivas se apoya en el Premio Nobel de Literatura de 1981, Elias Canetti, para asegurar que, si las palabras son capaces de crear odio y generar guerras, también producen crisis si se utilizan "engañosamente", o si se anula vocablos, como "comunidad" o "sociedad".
"Es imprescindible recuperar el sentido de las palabras y ahí tiene mucho que hacer la literatura" para que "cuando te hablen de rescate, que no te ahoguen antes" y "que no te sangren más para curarte", bromeó el literato gallego.
Rivas entiende que vivimos bajo la mirada de un "ojo panóptico" económico que ha fulminado el uso de la palabra "alternativa", como le ha ocurrido a las luciérnagas con el cambio climático, y que ha colocado la democracia en "suspensión". "Las palabras son los primeros detectores de lo que sucede. Son seres vivos, al igual que en la naturaleza hay seres que son los primeros que detectan cambio climático, corrosión, contaminación, toxicidad o alteraciones, como los anfibios o algunos insectos", indicó, recordando una reflexión de Pier Paolo Pasolini.
La literatura no se puede ver solo como "una construcción estética" pues "si algo nos demuestra un viaje por la literatura universal a lo largo de los siglos es que la gran literatura siempre ha sido muy comprometida" y "tenemos que buscar qué hay detrás del espejismo en que vivimos", añadió.
Es un axioma que aplica tanto para "La Odisea", que es "el proceso de reconstrucción de la memoria", como para "Poeta en Nueva York", de Federico García Lorca, o "Las uvas de la Ira", de John Steinbeck. Se trata de una forma de honestidad creativa que ayuda a paliar el daño y a generar ilusión porque "la esperanza es el reverso del dolor", agregó.
"Para que aparezca esperanza tienes que mostrar el dolor y para que aparezca humor, tienes que detectar las heridas", lanzó el escritor, a punto de ver como en octubre se estrenará en los cines la película de José Luis Cuerda "Todo es Silencio", basada en una obra homónima del gallego.
"El optimista y el pesimista, en estos momentos, se diferencian en ponerle fecha al apocalipsis. El optimista, la aplaza un poco más", dijo Rivas, que como reflexión positiva se queda con un proverbio gallego que asegura que "el día de mañana aún no lo ha visto nadie".