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En la cárcel municipal de La Estrella, como parte del proceso de resocialización de los internos, ellos mismos decidieron crear una huerta orgánica en la que cosechan diferentes productos, que además de ser comercializados, también los donan a familias necesitadas.
Desde hace ocho meses los internos de la cárcel municipal de La Estrella se levantan todos los días temprano, cogen azadón, sombrero y se disponen a trabajar en la huerta orgánica que sembraron.
El interno Óscar Laverde, es el instructor de los demás reclusos, les enseña las propiedades de la tierra, cuáles productos se pueden sembrar y los cuidados que deben tener con las hortalizas cosechadas.
La huerta orgánica también cumple una función social, además de ser comercializados y llevados a restaurantes, recogen mercados orgánicos para ser entregados a las familias necesitadas de los presos.
Actualmente, en la cárcel municipal de La Estrella hay 61 internos, a ellos la huerta también los beneficia, pues las hortalizas producidas son intercambiadas por elementos de aseo al interior del centro penitenciario.
