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En Girardota se celebraron 2 matrimonios cumpliendo con protocolos de bioseguridad

Aunque el matrimonio de Jorge Andrés y Leidy estaba programado para la primera semana de abril, el COVID-19 llegó para cambiarles sus preparativos. Tras tres meses de cierre de la catedral Nuestra Señora del Rosario de Girardota, esta fue una de las 12 parejas que tuvieron que aplazar su ceremonia y que pudieron, por fin, dar el sí. 

Sin embargo, una ceremonia que, sin duda, fue como nunca se lo imaginaron. 

Y es que el matrimonio estuvo restringido. Aunque para abril serían 100 invitados, la realidad fue otra. Además de ser a puerta cerrada, sólo se permitió el ingreso de 17 personas, incluyendo pajecitos, padrinos y los papás, manteniendo el distanciamiento. 

Aunque todos los asistentes tuvieron que permanecer con tapabocas, este accesorio no fue impedimento para el momento más esperado: el beso.

Desde el 8 de febrero, en esta parroquia del señor Caído de Girardota no se celebraban matrimonios, Al ingreso, novios y los pocos invitados, debieron cumplir con la toma de temperatura y la desinfección.

Ya con la bendición de Dios, Jorge y Leidy salieron de la iglesia como esposos pero con la celebración y la luna de miel a Cartagena aplazada, ahora permanecerán encerrados en su casa.