Cada detalle en el protocolo de un Cónclave tiene un profundo significado. Incluso la vestimenta de los cardenales refleja su misión y compromiso con la Iglesia. En Noticias Telemedellín le contamos cómo va cambiando su atuendo a lo largo de este proceso.
Antes de que el Cónclave comience, los cardenales del mundo se reúnen en la Basílica de San Pedro para celebrar la Misa, Pro eligendo Pontífice. Durante esta ceremonia, visten ornamentos litúrgicos de color rojo, símbolo del Espíritu Santo y del sacrificio de Cristo.
Al ingresar oficialmente al Cónclave, su atuendo cambia. Usan el llamado hábito coral, compuesto por una sotana roja, una faja de seda con flecos, un roquete blanco y una muceta también roja.
Completan su vestimenta con el solideo, el birrete y la cruz pectoral, todos con detalles en rojo y oro. Este atuendo simboliza su disposición al martirio y su compromiso profundo con la Iglesia.
Durante las votaciones secretas en la Capilla Sixtina, los cardenales mantienen el hábito coral, reflejando la solemnidad e importancia del proceso de elección.
Una vez elegido, el nuevo Papa se retira a la llamada Sala de las Lágrimas, donde lo espera la sotana blanca papal, confeccionada en tres tallas distintas. Con el cambio de vestidura, el elegido regresa como el nuevo Pontífice para recibir la obediencia los otros cardenales.
Cada cardenal porta además un anillo cardenalicio, una sotana y un birrete rojos, emblemas de su dignidad y entrega hasta la sangre, si fuera necesario.
Recordemos que el inicio del cónclave para la elección del nuevo papa será el próximo 7 de mayo.
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