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El Papa Francisco pidió a los católicos en el mundo que no guarden las cenizas de sus seres queridos en los hogares y que no sean dispersas al aire libre. En Medellín, la prohibición generó diversas opiniones.
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El cumplimiento de promesas o últimos deseos de muchos moribundos en el mundo que pedían ser lanzados al mar, al aire o en lugares específicos están en riesgo de desaparecer, por cuenta de un documento público firmado por el Papa Francisco, donde prohíbe a los católicos esparcir las cenizas de seres queridos o guardarlas en las casas.
Según la Iglesia Católica, estas prácticas de sepultura y cremación van en contravía de la fe y considera inclusive, la posibilidad de negar las exequias o el funeral a quien no acate la nueva solicitud.
Pese a la prohibición, los habitantes de Medellín dicen que esa decisión es familiar y casi ancestral y que no dejarán sus costrumbres.
Aunque la prohibición tiene la firma de la Iglesia Católica no es obligatoria; sin embargo, quien no la acate, podría ser castigado con la negación de las exequias.
