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Guatemala pide perdón por asesinato de Cabral

Facundo Cabral, juglar de la canción popular argentina, que fue asesinado ayer por sicarios en Ciudad de Guatemala, tuvo una vida marcada por el abandono, la pobreza y el dolor, a los que se sobrepuso con una “fuerza espiritual” que fue además motor de su arte y de su mensaje a favor de la paz y la vida.

El portavoz de la Presidencia guatemalteca, Ronaldo Robles, dijo que Cabral, de 74 años y quien se encontraba en Guatemala desde hace una semana, murió como consecuencia de múltiples disparos y que los miembros de su seguridad no pudieron repeler el ataque.

“Soy un vagabundo first class”, se definió Cabral hace unos pocos meses, en una de sus últimas entrevistas, en la que señaló que de él “no se podía esperar nada” y finalmente tuvo una “vida extraordinaria”.

Esa vida, que se apagó de una forma trágica y violenta, comenzó el 22 de mayo de 1937 en la ciudad bonaerense de La Plata, en el seno de una familia marcada por el abandono de su padre, Rodolfo, cuando Cabral aún estaba en el vientre de su madre.

 

“Soy un tipo de suerte”, dijo el artista, al relatar que él y dos hermanos son sobrevivientes de un total de siete hijos que tuvo su madre, Sara, quien sola, acosada por la pobreza, resolvió mudarse a Tierra del Fuego, en el extremo sur de Argentina.

Autista, según reveló alguna vez el propio artista, Cabral dijo su primera palabra a los 6 años, al pronunciar el nombre de su madre.
Volvió a hablar a los 9, cuando detuvo el auto oficial que trasladaba al entonces presidente Juan Domingo Perón, le preguntó si había trabajo y la esposa del mandatario, Evita, se alegró de que “por fin” alguien pidiera empleo y no limosna y ordenó a los suyos que le dieran un trabajo a Sara.

Malos y buenos pasos

Así, la familia se trasladó a la ciudad bonaerense de Tandil, donde Cabral, mientras trabajaba como peón rural, tomó contacto con la música folclórica, pero también con el alcohol y la delincuencia.

 

Por robar, fue enviado a un reformatorio, donde, gracias a un jesuita, mitiga su comportamiento violento entre los libros de una biblioteca.

 

Finalmente se escapó y se produjo el mítico encuentro con Simón, un vagabundo que le hizo descubrir a Dios al recitarle el Sermón de la Montaña y, además, dio el empujón inicial a su carrera musical pues aquella experiencia epifánica le movió a componer su primera canción “Vuele bajo”, una canción de cuna.

Con su guitarra al hombro, pocos años después, se mudó a la turística ciudad bonaerense de Mar del Plata, donde el dueño de un hotel le dio la oportunidad de cantar en público por primera vez.

Se consagró en 1970 con “No soy de aquí, ni soy de allá”, canción mundialmente famosa.

Además de su mensaje espiritual, sus canciones se caracterizaron por un tono de crítica social y protesta, rasgo este último por el que se vio obligado a exiliarse en 1976, con el advenimiento de la dictadura militar que gobernó Argentina hasta 1983.

Exiliado en México, siguió con su carrera musical. A los 40 años, conoció en Nueva York al “amor de su vida”, una joven veinte años menor que él con la que tuvo una hija. Ambas murieron en un accidente de avión.

Abatido por la tragedia, fue precisamente la Madre Teresa quien le sacudió preguntándole “Facundo, ¿dónde vas a poner el amor que te va a sobrar?”, y así se lo llevó a bañar leprosos a Calcuta.

En 1984, regresó a Argentina para ser profeta en su tierra, vendiendo discos y llenando teatros y estadios.
Hombre de mil anécdotas, de vida intensa, vivía desde hace algunos años en un hotel de Buenos Aires, ya casi ciego, pero sin dejar de crear y comunicar su arte.

Declarado por la Unesco “Mensajero mundial de la paz” y nominado al Nobel de la Paz en 2008, Cabral murió paradójicamente víctima de una atroz violencia, a la que decía no tenerle miedo.

“Si estás poblado de amor no podés tener miedo porque el amor es valentía. Yo me crié en la violencia, con siete hermanos, nueve años en el desierto y cuatro de ellos murieron de hambre y de frío. Me crié con la violencia, luego la dictadura, el abandono de mi padre”, dijo el año pasado, en un entrevista en México, cuando le preguntaron si no tenía miedo de actuar allí.

Sin Pistas

En declaraciones a una emisora local, el ministro guatemalteco del Interior, Carlos Menocal, explicó que aún no se tiene una hipótesis sobre el asesinato del cantautor argentino Facundo Cabral.

“Hasta el momento no hay una teoría que pueda dar una pista, estamos recabando todas las evidencias”, dijo el responsable de la seguridad del Estado en Guatemala.

Menocal calificó de “cobarde” el crimen del trovador y anunció que las autoridades van a trabajar para aclarar el hecho.

Trayectoria

Bajo el nombre de El Indio Gasparino Facundo Cabral grabó sus primeros discos, sin mucha repercusión inicial, para adoptar luego su verdadero nombre.

 

En 1970 grabó “No soy de aquí, ni soy de allá”, uno de sus mayores éxitos musicales y que le dio fama internacional, al punto de compartir escenarios y estudios de grabación con artistas como Alberto Cortez, Julio Iglesias, Pedro Vargas y Neil Diamond, entre otros.

Tras su consagración y de regreso a la Argentina luego de pasar exiliado la dictadura militar, se unió a Alberto Cortez para el espectáculo “Lo Cortez no quita lo Cabral”, donde combinaron humor y poesía con los temas que dieron fama a ambos artistas. Corría ya la década de los 90.

Grabó decenas de discos, como “No estás deprimido, estás distraído”, “Cantar sólo cantar” y “Cortezías y Cabralidades”, éste último uno de los tantos junto a Cortez.

También escribió varios libros, una decena de ellos editados, entre ellos “Borges y yo”, donde repasa sus diálogos con el célebre escritor argentino.

Argentina no Investigará

El Gobierno de Argentina no tiene contemplado enviar investigadores a Guatemala por el asesinato del cantautor Facundo Cabral, informó el cónsul de ese país, Enrique Vaca.

Añadió que aún cuando el Gobierno de Guatemala ha dejado abiertas las puertas para que Argentina participe en las investigaciones del crimen, por el momento no se requiere que lleguen expertos de su país.

“Acá están trabajando muy bien y no es necesario, por ahora, que Argentina envíe investigadores”, apuntó.

Vaca también anunció que los restos del trovador serán llevados a su tierra natal en tres o cuatro días, porque el caso está bajo investigación judicial.

[Alianza con El Mundo]

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